Pongámonos de pie y digamos ‘basta’ a la violencia

Pongámonos de pie y digamos ‘basta’ a la violencia

¡Basta! Es eso lo que tenemos que decir, hoy y todos los días, a todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas.

Basta a la violencia intrafamiliar. Basta a las violaciones. Basta a las prácticas nocivas como la mutilación genital femenina. Y basta a la impunidad para una de las violaciones a los derechos humanos más flagrantes y extendidas.

Las mujeres y las niñas del mundo entero tienen el derecho absoluto a vivir libres de violencia. Tienen el derecho a la paz en el hogar, en los espacios públicos y en línea.

 




El día de hoy, que se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, es un momento en el que todas y todos debemos hacer una pausa para recordar lo mucho que nos falta por avanzar en este tema. De manera sorprendente, una de cada tres mujeres y niñas continúa experimentando violencia en algún momento de su vida.


Y este año la COVID-19 ha atizado el fuego. Con las mujeres confinadas en casa junto con sus abusadores y con altos niveles de tensión en el hogar, el número de llamadas para pedir ayuda ha aumentado desmesuradamente.  Y muchas de ellas se quedaron sin respuesta porque muchos albergues y otros servicios cerraron, pero también porque a menudo la asistencia disponible es insuficiente, incluso en situaciones de crisis humanitarias.

 

 




Debemos hacer las cosas mejor. Es hora de ponernos de pie y decir basta a la violencia no solo un día en particular, sino los 365 días del año. Debemos prevenir la violencia.  Mientras no logremos ponerle fin, debemos proporcionar a las mujeres y las niñas todo lo que necesitan para sobrevivir y recuperarse, desde atención en materia de salud física y mental, pasando por asistencia legal, hasta apoyo para recuperar sus medios de subsistencia.


En más de 130 países, los equipos del UNFPA se encuentran trabajando incansablemente para ayudar a detener la violencia contra las mujeres y las niñas y apoyar a aquellas que están sido afectadas. El año pasado, el UNFPA proporcionó servicios de atención médica o psicosocial a más de 760,000 sobrevivientes de violencia. En entornos humanitarios, tan solo durante los primeros 10 meses del 2020, nuestros esfuerzos de prevención y respuesta llegaron a 2.8 millones de mujeres y niñas.

 




Pero aun con todo lo anterior, la comunidad internacional necesita hacer más. La COVID-19 ha revelado, de manera dolorosa pero que nos deja una gran enseñanza, todas las maneras en las que necesitamos pensar y actuar de manera diferente. Y decir basta a la violencia figura en el primer lugar de la lista. Para ello debemos comenzar por reconocer cuan generalizada está la violencia en todas las sociedades, además de atacar los factores que la promueven.


Basta de suposiciones de que la violencia es permisible o desaparecerá por sí sola. Basta de tratar la violencia como algo menos que una crisis a gran escala que debemos detener haciendo todo aquello que esté a nuestro alcance.

Basta. Una palabra para transformar nuestro mundo.